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El miedo es como la familia, que todo el mundo tiene una, pero aunque se parezcan, los miedos son tan personales y tan diferentes como pueden serlo todas las familias del mundo. 
Hay miedos tan simples como desnudarse ante un extraño, miedos con los que uno aprende a ir conviviendo; hay miedos hechos de inseguridades, miedo a quedarnos atrás, miedo a no ser lo que soñamos, a no dar la talla, miedo a que nadie entienda lo que queremos ser. Hay miedos que nos va dejando la conciencia; el miedo a ser culpables de lo que les pasa a los demás. Y también el miedo a lo que no queremos sentir, a lo que no queremos mirar, a lo desconocido... Como el miedo a la muerte, a que alguien a quien queremos desaparezca. Hoy he escuchado decir que la felicidad es la ausencia del miedo. Y entonces me he dado cuenta de que últimamente, yo ya no tengo miedo.

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